Guaraira Repano

Guaraira Repano

martes, 7 de diciembre de 2010

¿PERMISO PARA CAMBIAR?

Nos llega cualquier hora de cambio en nuestras vidas, incluso de cambios que nos permiten mejorar, ser más libres, o al menos reconocer la propia libertad, cambios que nos hacen ser lo que somos, y despertamos y compartimos nuestra luz, y esa gente nueva que te va conociendo y acompañando si está siempre a esa altura esperada del amor, pero la gente que te conoce de siempre, incluso en algunos casos se dice que también quienes comparten tu sangre, o al menos la compartieron en algún momento, no quieren reconocer la nueva mirada limpia y de paz que les muestras... tal vez son la última excusa que utilizamos para ver nuestras miserias, pero me hacen recordar aquel texto bíblico, donde pese a que Jesús era famoso en el resto de la región, sus contemporáneos y vecinos de Nazareht, no creían en el:

Cito:

Nos cuenta el Evangelio (Lc. 4, 21-30) que la gente “aprobaba y admiraba la sabiduría de las palabras” de Jesús. Pero de allí a que alguno de los suyos viniera, sin pre-aviso alguno, a declararse el Mesías, ya eso era inaceptable.

¿Qué le sucedió a los nazaretanos contemporáneos de Jesús? Lo mismo que nos sucede a nosotros. Primeramente por orgullo y envidia no podían aceptar que uno de su propio grupo, del entorno cercano, pudiera destacarse más que ellos. ¡Mucho menos ser el Mesías!

Y comenzaron a comentar: “Pero ... ¿no es éste el hijo de José?”. Jesús penetra sus pensamientos y les agrega: “Seguramente me dirán: haz aquí en tu propia tierra todos esos prodigios que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm”. Y de seguidas la sentencia: “Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra”.

Fin de la cita.

Preceden y suceden calumnias, frases elaboradas, creencias limitantes, miedos y más miedos, nos llaman sectas, como explicaba en el post "Carta a los dormidos" y confieso que es algo que estoy aún en plena reflexión, no lo he terminado de procesar, pero bueno, el Universo que está siempre a cargo, me acompañará mientras quitamos esas cortinas que aún quedan en nuestro interior...

  • Y es que en el fondo, se creen con la Autoridad de Darte permiso para cambiar, como si tu vida les perteneciera.
  • Se creen que tienen algún poder sobre ti
  • Se creen que me afectarán con sus limitaciones...
  • Se creen que no puede ser verdad que seas tan feliz.
  • No entienden como alguien puede ser feliz sin pasar por "el filtro" de sus creencias.
  • No pueden entender que no juzgo a nadie, que no guardo rencor, que no quiero más guerras, que la única guerra posible era contra mi mismo
  • No les cabe en la cabeza como he cambiado!!!
  • Y mucho menos de que he reconocido el infinito poder que reside en mí.
Tal vez una de las soluciones es respetar de corazón sus decisiones y permitirles ser libres en su error..., cancelar el trato, y desearles buen viaje...

El único corazón que tiene que autorizarme a hacer algo, es el mío.

Nos vemos en la luz ;-)

Jesús