Guaraira Repano

Guaraira Repano

viernes, 6 de enero de 2012

CAMBIARLO TODO

Hace poco, recordaba una frase con la que he definido siempre los escenarios cuando quiero hacer algo: "O lo hago o rompo algo y lo hago"; y como vivo analizando lo que digo, lo que pienso, pero sobre todo lo que escucho, intento aprender de todos esos mensajes que solo puedo discernir en este estado.

Si llega este nuevo año, 2012, a mi corazón le nace decir que llega el año "rompedor" (segunda acepción de la rae), un año lleno de ilusiones (en esto tal vez es igual a todos) pero creo que esa sutil diferencia radica en que somos conscientes de la capacidad que tenemos para mirar alrededor, y mirar alrededor aquello con lo que no estoy siendo lo único que es realmente importante para mi: SER FELIZ.

Me viene a la cabeza aquella frase del Galileo "rompedor": "Si tu mano derecha te es ocasión de pecar, córtala, es mejor ir sin un miembro al cielo, que ir entero al infierno" (Mateo 5:30), y como bien sabemos, "El cielo es un estado mental" y "el infierno también", pues hoy, elijo apartar de mi vida, ya sea progresivamente o de cuajo, todo aquello que me aleja de mi cielo de la felicidad y la sonrisa.Es como hacer un inventario emocional, todo aquello, que me aleja de ser feliz, anotarlo, hacer ese listado personal, y una vez todo escrito, despedirlo de mi vida, darle el agradecimiento que se merecen por haber cumplido un papel fundamental en mi vida en un momento dado, pero decirle que su momento ha pasado, que ya no soy el mismo, que de hecho cada mañana soy otro, pero en esta, he elegido despedirme de eso que me ha estado alejando de mi ser.

Quienes me han visitado en mi casa, tal vez recuerden que tengo solo tres normas: La primera: Cada mañana ser más feliz que el día anterior, La segunda: Cada día sonreir un poco más que el día anterior, y la tercera: Que no creo en ninguna norma; todo en la busca de ese objetivo; LA PAZ, porque si yo estoy en paz, contagio a todos cuanto me rodean...

Así que decido cambiarlo todo, todo aquello que no es acorde a mis sentimientos y emociones, todo aquello que tal vez me ha hecho ponerme una máscara determinada para ocasiones determinadas, no!, Lo rompo todo y me marcho, hacia mí, en búsqueda de ese niño que dentro de mí solo quiere jugar... como dice uno de mis maestros; el Dr. Allan Santos: "No es lo que yo quiero de la vida, es qué es lo que la vida quiere de mi"

Como todo compromiso, tendrá su precio, y ser feliz claro que lo tiene... pero estoy dispuesto a pagarlo... tal vez muchas cosas que estaban en mi "zona de confort" llegue a extrañarlas, incluso a recordarlas con idealismo, incluso personas, pero algunas veces, se debe elegir: Entre vivir esta vida en plenitud como ese sol que sale cada mañana, o mal-vivirla dormido como esas mañanas de niebla en las que no se divisa ni siquiera a un metro de mi... y mucha gente no lo entenderá y seguirá buscando dentro de mi al yo antiguo, que ya no existe, tal vez se decepcionen de que sea tan libre y de que haya vuelto a nacer... pero tampoco me importa, sigue siendo parte del precio: Llamémosle la letra pequeña de este contrato...

También pienso... en mis relaciones con los demás ¿qué lugar he elegido desempeñar? ¿el de ancla o contrapeso que no deja avanzar, juzga, recrimina y espera siempre? ¿O el de una flor abierta, una actitud fresca, liberadora y respetuosa?... me quedo con la segunda...

Recuerdo también aquel mensaje encriptado que nos dejó el más grande de los Galileos en su diálogo con Nicodemo: "Hay que nacer de nuevo": y Nicodemo responde: "¿pero cómo se puede nacer de nuevo siendo viejo? ¿es que acaso se puede entrar en el vientre de la madre y nacer?" y su respuesta (rompedora): "Te lo aseguro: El que no nace del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de los cielos" ... si de esa ecuación, sustituimos "cielo" por ese estado mental, se comienza a aclarar el enigma: nacer de nuevo; fluyendo, respetando, no estancándose, y desde el espíritu... que hermoso...

Que hermoso es tomar esta decisión, romperlo todo y enviar el mundo, tal y como lo concebía antes, a la mismísima m..... ; a esa chivera (Tercera acepción de la RAE) en ese vertedero de emociones marchitas, donde solo habitan los carapachos de deseos de felicidad no alcanzados y los miedos condenados por si mismos al silencio y a "una mirada opaca".

2012: como dijo Joseph Heller "He llegado por fin a lo que quería ser de mayor: un niño"
2012: El año de romperlo todo, el año en que el observador no se dejará eclipsar por el paisaje...

Nos vemos en la luz... ;-)

Jesús