Guaraira Repano

Guaraira Repano

domingo, 12 de mayo de 2013

Possidēre

De las más grandes mentiras del ser humano, está la mentira de las posesiones; ahora mismo escribo en un teclado de un aparato electrónico que creo mío, pero no me pertenece, como nada de lo que existe en este mundo, efímero para mí, circunstancial en si mismo, que  en sus cosas, no describe para nada quien soy.

pensamos que algunas cosas nos pertenecen, y más grave aún, osamos "creer" que algunas personas también son una de nuestras posesiones; y no es así, ni nos pertenecen ni nos han pertenecido nunca, porque el solo hecho de plantearlo ya es un error en si mismo.

Los seres humanos, al quererles, al amarles, al apreciarles, no pasan a ser "nuestros", de hecho deberíamos comprender con dignidad y respeto hacia los demás, que lo es hacia uno mismo, que si no nos pertenece ni siquiera una camisa, ¿Cómo vamos a pretender ser dueños de un ser humano?

Y esas posesiones, al ser un "vicio de origen", ya lo desvirtuan todo, lo vician todo, porque o entendemos que las relaciones humanas tienen intrínseco un compromiso, de libertad, de amor, de respeto, de confianza, o estamos más perdidos que un pulpo en un garaje, como dice un amigo.

Los celos, por ejemplo, son consecuencia del errado vicio de adueñarse (virtualmente) de los demás, si comprendiéramos el sistema en su conjunto, nos diéramos cuenta de inmediato de que son en evidencia, otro error, un error que por nacer de otro mayor, "el ser posesivo", afecta a quienes nos rodean, y genera una especie de onda negativa (por diferenciarla de otras), que cambian la energía del entorno.

Yo pongo un ejemplo, mi casa se construyó en el año 1931, probablemente sus primeros dueños la decoraron, y acondicionaron a su gusto, siempre pensando en estar muy bien dentro de ella. Era su casa, así la sociedad lo creía, un día cada hijo emprendió su vuelo, y al final, la casa cambió de dueños,  hasta llegar a mí, que he continuado un trozo de mi camino, pero ¿Me engaño? ¿Es mío realmente? Sé que no, sencillamente convivo en este espacio acordado y ajustado a mis necesidades actuales, pero no es mío, porque cuando me marche de esta dimensión, vendrá otra persona, y así hasta que cualquier circunstancia cambia el curso de la historia de este espacio; mientras tanto, nos ilusionamos creyendo en las propiedades... porque nada me pertenece ni yo le pertenezco a  nada.

Y todo por creernos dueños de alguien... de los amigos, de los hijos, de las parejas, es como ponerle represas al mar... la libertad es lo más cierto en el espíritu, si intentas cortarle las alas se zafa, se escapa,  el espíritu no conoce las formas, cómo las olas del mar, romperá cualquier represa e inundará lo que tiene previsto... así es la Libertad, y así es el Amor... 

No seamos ingenuos... nada ni nadie nos pertenece...ni nos ha pertenecido nunca, ni nos pertenecerá jamás... compartimos un trozo del camino, y luego volamos inevitablemente en busca de la felicidad...




En este efímero encuentro en el que estamos,
en esta efímera circunstancia que compartimos,
amo tu libertad, amo tu vida,
no puedo darte nada, tampoco pediré,
solo danzaré a tu lado,
el efímero tiempo,
que estaré contigo... que estarás conmigo... 


Nos vemos en la luz ;-)

Jesús.


No hay comentarios: