Guaraira Repano

Guaraira Repano

viernes, 22 de marzo de 2013

Dualĭtas



Hacían meses que no pasaba por aquí, y efectivamente, el viento, la sal, el sol y la Mar, me han traído de vuelta, mientras caminaba por un callejón a media luz, mirando los adoquines de las calles, pensé en compartir esta reflexión que tanto me ha pasado y tanto me ha rodeado.

Es increíble observar hasta donde llega directamente la influencia de la Dualidad en nuestras vidas; con esto me refiero a la creencia en la existencia del bien y del mal; conceptos “religiosos” incluso en su mayoría “judeo-cristianos”, que definen los hechos desde el punto de vista del consciente, contaminado absolutamente por las percepciones que según nuestras propias historias, vamos utilizando para definir otras, que nada tienen que ver con sucesos anteriores, pero que sin embargo, si una serie indeterminada de indicadores  aparecen, nuestro sistema de defensa activa la batería antiaérea de las emociones, muchas veces sin siquiera haber necesidad real de hacerlo.

Si bien es cierto, que durante nuestro crecimiento neurológico, que luego físico, nos permite , es necesario “catalogar todo lo que vemos”, también es cierto, que esa costumbre que nos permitió crecer, no siempre es necesaria para aplicarla en toda nuestra vida.

Esa dualidad, ese bien y ese mal, nos lleva a vivir de una forma equivocada, porque si creo en el mal, creo en el daño y por tanto en todas esas bajas pasiones que nos hemos inventado, nos cerramos, creemos que los demás vienen a atacarnos, sin recordar que en realidad para nuestro inconsciente el bien y el mal no existe, el inconsciente es inocente y no juzga, y esa capacidad de verlo todo “con los ojos del amor” (Alguien le llamó con los ojos de Dios), nos convierte en protagonistas de nuestra vida, y no en actores de nuestro reparto; nos coloca en el centro de nuestra existencia, y no en la periferia, mirando a los demás ocupar nuestros lugares; y estos son solo pequeños ejemplos, porque si analizamos, hasta donde influyen en nuestras vidas la visión “filtrada” de “lo bueno” y “Lo malo”, así como sus mentiras sub-siguientes: Éxito, fracaso; Triunfo, derrotas, dificultades, nopodismos, siperismos y yanoísmos..

Es un compromiso sano, el que permite reconocer dentro de cada uno la capacidad de re-encuadrar en nuestra vida, esa serie de cosas que nos suceden (porque las hemos pedido), y comprender que solo variando “la forma de vivirlo”, cambia totalmente nuestro mundo. Por ejemplo, hay días en los que nuestro espíritu necesita reposo, aún teniendo algunas responsabilidades asumidas que “deberíamos” cumplir, ese “pararnos” suele ser asumido como “un error, como algo malo”, cuando realmente es el respiro y la toma de impulso que a veces nuestra alma necesita para seguir en la meta prevista; yo no los veo como obstáculos, sino como parte del camino.

Gary Renard nos invita a abrir poco a poco el filtro del dualismo, pasando del dualismo al semi-dualismo, hasta ir llegando al No Dualismo, por llamarlo de alguna manera, yo prefiero llamarlo inocencia; de esa forma gradual, vamos aprendiendo en el camino.

Es un viaje con premio garantizado, con final feliz, emprenderlo, es elección de cada uno…

Nos vemos en la luz… ;-) o mientras se refleje en los adoquines…

Jesús