Menos
veces de las que deberíamos, preguntamos esto a las personas que realmente nos
importa, y caemos en conversaciones banales y mientras más superficiales mejor,
para evitar adentrarnos en nuestras propias naturalezas, y es que en esta
dormida sociedad, está hasta mal visto ser atento.
Preferimos
hablar, cuando hablamos, del clima, el football, la política, los impuestos, la
economía, todo “externo” desde el punto de vista personal, incluso hay veces en
que por huir de lo interno, convierto lo externo “falseadamente” en interno,
aparentando que nuestras vidas solo obedecen a esas circunstancias y no a
nuestras propias elecciones.
Un
“¿cómo estás?”, para mí, es bastante
necesario, porque cuando lo pregunto, asumo el compromiso de detener el tiempo,
para escuchar la respuesta, y aquí entramos en una de las razones de la
superficialidad: El tiempo
Le
damos tiempo a cosas muy poco importante y a cambio, no se lo dedicamos a quien
realmente lo merece y nos necesita, a quien comparte esta experiencia vital (o
vida) con nosotros, y “dar”, si, la
clave no es pedir, la clave es “dar”, por eso cuándo pregunto a alguien cómo
está estoy dando parte de mi, le estoy recordando cuán importante es para mí,
le estoy diciendo que realmente estoy aquí y ahora para ti y para nada ni nadie
más, porque eres un ser inigualable, una creación única del universo, que no
podrá ser repetida, con tal exactitud, jamás.
Otras
veces avasallamos, contamos lo nuestro, no nos importa escuchar, ni saber qué
le pasa al otro, o ver cómo se siente, cómo están sus personas amadas, cómo
vive!, solo soltamos una catarata de cosas, como si en algún momento, de esta
evolución moderna, hubiésemos perdido las dos orejas, y fuésemos solo personas con
“una boca”… , por algo será que solo tenemos una boca, dos orejas y dos ojos,
para poder compartir equilibradamente, para ver y escuchar, y “solo interrumpir
el silencio, si es para mejorarlo” (como dice el proverbio chino)…
Y
solo somos “siendo”, aplicando el
gerundio, escuchando, a veces sin decir nada, solo “estando”, pero estando en
tiempo presente, al 100%, no mientras juego con el dispositivo móvil correspondiente…,
cuánto se humanizaría la deshumanizada
humanidad, si “estuviese” aquí y ahora…
Practiquemos,
con quienes nos rodean, tal vez, hace mucho tiempo que no sabemos realmente “cómo
están”… y la respuesta puede sorprendernos…
Nos vemos en la luz ;-) (donde si no :-) )
Jesús
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